Los tatuajes fueron una práctica
eurasiática en tiempos
neolíticos, y se han encontrado incluso en una
momia del siglo II d.C
En 1991 se encontró una momia neolítica dentro de un glaciar de los Alpes austro-italianos, con 57 tatuajes en la espalda. Esta momia es conocida como el Hombre del Hielo o como
Ötzi, es el cadáver humano con piel más antiguo que se ha encontrado, y su antigüedad varía según distintos autores: Cate Lineberry, del
Smithsonian, calcula para él unos 5,200 años de antigüedad. A partir de este descubrimiento se puede decir que el tatuaje es tan antiguo como el propio ser humano. Sin embargo, las distintas culturas que utilizaron el tatuaje lo hicieron de distintas maneras; tanto como
arte, en el sentido de creación de significados rituales o simbólicos, como ocurría en el
Antiguo Egipto, como para marcar o señalar a los criminales, que es el caso de las antiguas Grecia y Roma. Incluso se cree que, por su posición en el
Hombre de Hielo, las marcas cumplieron un fin terapéutico.